Hace más de seis años que
llegó a España. Desde
entonces, Despin no ha
dejado de trabajar. Los
primeros años no tenía
papeles y trabajaba por 300
euros al mes en una obra.
Ahora, ya con el permiso de
residencia en regla, forma
parte del personal del
aeropuerto de Barajas
(Madrid) y ha montado una
asociación para ayudar a
inmigrantes sin papeles.
«El mayor de los problemas
es que como no tienen
papeles, la mayoría tiene
que robar para comer»,
cuenta. Este joven camerunés
les explica que no
deben buscarse líos con la
Policía y que lo más
importante son los papeles
y formarse en un oficio. Lo
fundamental es «buscar un
trabajo para poder
comenzar una vida normal».